POSTRE DE NOTAS

¿Por qué, sueño? ¿Por qué a mí?

¿Alguna vez te has quedado dormida en clase? ¿Te pasa todo el tiempo? ¿Sientes que no puedes controlarlo? Pues vas a tener que aprender a hacerlo sin que sea tan evidente porque, amiga, no hay solución para ese mal.

Todas alguna vez en la vida nos hemos quedado dormidas en clase, si no te ha pasado… ¡no, es que te tuvo que haber pasado!, no le caigas a cuento a la gente. El punto es que, hay dos tipos de estudiantes en este aspecto, las que pareciera que les estuviera dando clases Zac Efron y las personas como yo, que somos víctimas del sueño.

Pareciera que las que duermen en clase la pasan muy bien, pero no es así, es un sufrimiento, es algo inevitable, un momento estas despierta ¡y al otro te despiertas! Es una bendición y, a la vez, una desgracia. Ante este problema tienes tres opciones: o buscas en internet recetas caseras para estar enérgica todo el día y jugos hechos a punta de proteínas; o tomas Redbull todas las mañanas y sigues derecho durante dos días; o te resignas, aceptas la realidad y buscas una pose para dormir en la que no estés incómoda y tampoco incomodes al profesor, es decir, no te vas a acostar en la mesa ni vas a traer una almohada, recuerda que los dormilones somos una comunidad incomprendida. Lo que tienes que hacer es cerrar tus ojos, quedarte sentada en una posición recta (nada de cabeceos ni de babear) y tomar pequeños descansos en los que, de vez en cuando, abras los ojos, ya con esto puede que el profesor piense que estas rezando.

Y aunque resuelvas tu situación en el colegio, esto va más allá, ya que, si te quedas dormida en cualquier sitio, las fotos de tus siestas escolares figurarán cada semana en las redes sociales y nadie te defenderá porque estás sola en esto. Llegarás a tu casa con muchísimas ganas de hacer tareas y de estudiar, pero te ganará el sueño. Querrás pasar tiempo de calidad con tus seres queridos un domingo a las 6 de la mañana, pero te ganará el sueño. Querrás quedarte despierta viendo una película de la segunda guerra mundial igual a todas las que ya has visto, pero te ganará el sueño.

Para ti, amiga con sueño, va dedicada esta carta, para que sepas que soy como tú y te apoyo. Sin embargo, si eres una de esas que se acuesta a la una de la mañana viendo Netflix ¿Cómo no te vas a quedar dormida en clase, mija?, ¿si a duras penas duermes dos horas al día? En ese caso, no hay Redbull que haga efecto.

De cualquier forma, hay que aceptar lo que somos: dormilones sin causa y sin remedio.

Así que, comunidad gimnasiana, pedimos comprensión y aceptación, esto no es nada fácil.

Redactado por: Valentina Vargas Roa

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